Anoche una estrella,
se sumó a mi cielo,
No es una estrella más,
sino un lucero.
Su luz ahora me guía,
desde el firmamento.
Me conforta, desde lejos.
Ya no habrá más,
cumpleaños secretos.
Quién se atreverá ahora
a ser mi cómplice,
a jugar a retarnos,
a acompañarnos al médico?
Quién nos recordará cumpleaños,
aniversarios y acontecimientos?
Quién va a escribir en tu libreta?
Quién será ahora,
la tejedora de nuestros sueños?.
No habrá más tardes de mates,
de bizcochitos,
de chimentos,
no habrá novelas en la cama,
contando los remedios,
no habrá más música en los viajes,
ni caramelos en las esperas,
te llevaste tu bolso de Mary Poppins,
y un trozo de mi alma,
pero aquí queda intacto,
tu recuerdo.
NO HAY PALABRAS, QUE AYUDEN A CALMAR LA TRISTEZA, QUE UNO SIENTE EN EL ALMA, CUANDO SE VE PARTIR A ESA PERSONA AMADA, POR MÁS QUE SEPAMOS, QUE ESTO ES PARTE DE LA VIDA, NUNCA SE VA A ESTAR PREPARADO PARA DICHA PARTIDA. SIMPLEMENTE LO SIENTO.
ResponderBorrarNo, nada calma el sufrimiento, pero los abrazos reconfortan y dan fuerza para continuar. Gracias.
BorrarTe abrazo, Marina! Y como le dije a tu mamá por FB, una sonrisa para tu abuela mirando al cielo. Te quiero mucho, amiga.
ResponderBorrarGracias amiga, yo también te quiero mucho.
BorrarMuy bello, el mejor homenaje para la abu querida.
ResponderBorrarGracias, es lo menos que se merece.
BorrarQué entrañable poema, Marina. Me ha encantado. Lo he disfrutado. Lo he comprendido tanto y me ha hecho recordar a mis abuelas... Y si, el recuerdo siempre queda intacto. Un fuerte abrazo. Besos.
ResponderBorrarGracias, Julie. Un cálido abrazo y un besote.
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