- Estamos llegando, amor - Le murmuró él al oído.
Ella no quería despertar, la tibieza del sol en su piel y su amado al lado era todo lo que quería tener, todo lo que siempre había soñado. Escaparse con él, la eternidad juntos.
No podía creer que finalmente hubiera podido tomar la decisión de dejar ese trabajo malpago y agobiante. A su jefe, que no dejaba de insinuársele y hacerla sentir incómoda, sin nada que ella pudiera hacer para despegárselo de encima.
No quería despertar. El baldazo de agua fría en la cara pudo más.
- La tenemos que trasladar, despierte de una buena vez!
- Recordó la sensación de haber hundido el cuchillo en el estómago de ese pervertido insoportable, sonrió y se levantó raudamente con una sonrisa en los labios. Estaba lista para cumplir su sentencia.
- Recordó la sensación de haber hundido el cuchillo en el estómago de ese pervertido insoportable, sonrió y se levantó raudamente con una sonrisa en los labios. Estaba lista para cumplir su sentencia.
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Siempre es bueno finalizar algo que no nos gusta. Interesante narración. Besos y felices fiestas!
ResponderBorrarGracias, Julie! Son buenos los finales, pero bajo ningún aspecto acabar con una vida. Besotes y que pases unas lindas fiestas vos también.
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